CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD EDUCATIVA DE ENCINASOLA
Estimadas madres, padres, maestras,
maestros y niños-as del CEIP Rufino Blanco de Encinasola:
Me veo en la obligación de dirigirme a
ustedes para intentar, al menos, solventar y hacer justicia sobre el tema del
“Belén Viviente” de nuestro Colegio; podría dejar el asunto y “pasar” de él por
pura comodidad, pero viendo el cariz tergiversado del mismo que se está dando a
entender, tengo la responsabilidad, como alcalde, como persona, como maestro,
como padre de alumnos-as de este Colegio, de defenderme de las difamaciones y
mentiras que se han vertido sobre mi
persona.
Verán ustedes, fue el viernes 22 de
Noviembre cuando entré en el Colegio para tratar unos asuntos con el director, es algo que hago a menudo,
siempre que se me pide de la forma que fuere allí acudo; nada más entrar la
impresión que me llevé fue clara, mi sentido común me decía que aquello era una
exageración de situación de peligro para todos-as los niños y niñas de nuestro
Colegio. Cuando entré en la dirección , estando allí presente todo el Equipo
Directivo, tras indicar de forma absolutamente sincera el tremendo esfuerzo
realizado y la belleza de lo conseguido, pidiendo excusas por lo que iba a
expresar, les indiqué que observaba una situación inequívoca de peligro muy elevado que además dejaba sin
salida a los-as usuarios-as del Centro Educativo; todo ello como una opinión y
una visión personal, basada en décadas de experiencia de todo tipo con el
alumnado. El director me indicó que no lo había pensado pero que ahora percibía
que, efectivamente, podría haber riesgos elevados; me indicaron desde el Equipo
Directivo también en esta conversación que otro padre lo había manifestado unos
días antes en la reunión de tutoría de su hijo. En aquella reunión el director
se planteaba que hacer pues no se quería, lógicamente, echar por tierra tan
estupendo trabajo; yo sugerí al director que podría intentar hablar con la
Delegación de Educación o personal que llevará el tema de riesgos en los
colegios y, según él ha manifestado, así lo hizo. Empezaba a entrar en
conflicto el tema del riesgo para los-as escolares y el tema del trabajo
realizado.
Antes de continuar esta larga exposición,
conociendo que es una de las críticas que se me hacen quiero expresar lo que
sigue:
¿Y porqué no lo dijo antes? - arguyen
algunos como crítica a mi actitud -.
Pues simple y llanamente porque antes no
lo había percibido.
¿Pero es que había estado antes en el
Colegio' – insisten -.
Efectivamente unas semanas antes, había entrado en el
Colegio, tras recibir una llamada que me indicaba que mi hija estaba enferma; deje mi trabajo en el
Ayuntamiento, corrí al Colegio, entrando por la escalera de la derecha, subí
rápido y llegué a la clase de tercero, que estaba realizando actividades con el
profesor de Educación Física, la recogí, baje y fui al médico con ella.
Estimados miembros de la Comunidad Educativa cuando yo estuve no existía
todavía en la zona por la que pasé la exuberancia de papel y las salidas y
escaleras repletas de este papel, al menos eso creo pues yo no me di cuenta de
ello. Sería el colmo pensar que, a sabiendas, he estado esperando a que se
terminara el trabajo para “dar por culo”, con perdón; si alguien cree esto lo
más suave que puedo decirle es que me apena inmensamente y que está
rotundamente equivocado-a.
Sigamos. Por azar, contacté con el padre
que también había tenido esa “visión apocalíptica” del colegio, o de ratonera
como más tarde diría un bombero muy
experto en estos temas; quisimos pedir
opinión desde el Ayuntamiento a la inspección e intentamos contactar primero
con el inspector de zona, y al no conseguirlo, contactamos con el jefe de
inspección. Nos atendió su sustituto, pues no estaba allí en esos momentos;
esta persona, Cecilio, de nombre, habló con el altavoz del teléfono abierto y
los que allí estábamos pudimos escuchar claramente su criterio. Por
coincidencia era una personas que, hace ya bastantes años, había comenzado con
el Belén Viviente de Beas; nos indicaba que años después se ponían las manos en
la cabeza ante la barbaridad que percibían se había hecho y que daban gracias
al cielo por que no hubiera ocurrido nada; ahora dicho portal se hace en sala
ignífuga y con materiales ignífugos; por ello prevenía de lo importante de
adaptar la actividad al Plan de Emergencia del Colegio, planteando las
modificaciones que fuesen necesarias tanto al Plan en sí como a la actividad,
para evitar riesgos, al ser muy importante lo que se arriesgaba: la vida de los
niños.
Nos faltó tiempo para comunicar al
director nuestra conversación con dicho inspector; por cierto este había
hablado en Huelva con el inspector de referencia y con un técnico del ISE y no
le habían puesto problemas para la actividad, yo le sugería al director que se
lo pidiera por escrito para ver si eran tan valientes expresándose. Al poco he
recibido una llamada del inspector de referencia de la zona, alertado, sin
duda, por nuestra llamada a la inspección, en la cual dejaba caer de forma
clara que su misión eran los temas del currículo y de control educativo y para
nada los de prevención de este tipo de riesgos en los cuales no era experto,
aconsejando buscar a expertos en tema para el asunto de la seguridad.
En todo este devenir me llama el director
del Colegio, con el cual tenía y tengo unas magníficas relaciones, y me dice
que tiene dudas sobre que hacer y hasta donde puede llegar en la decoración del
Colegio; me pregunta si no podríamos traer a un bombero experto que nos diera
indicaciones adecuadas, y yo le contesté que iba a intentarlo, que si fallaba,
los técnicos del Ayuntamiento vendrían al día siguiente y también emitirían su
opinión; me faltó tiempo, pues estando cercanas las dos de la tarde llamé a
Camilo, que es el bombero experto en temas de prevención de riesgos en nuestra
zona; tras una larga conversación en la que me expresaba la dificultad para
venir en los próximos días por las reuniones que ya tenía planificadas, le pedí
un esfuerzo, que le agradezco enormemente, y sin parar siquiera a comer, vino a Encinasola, siendo el director del
Colegio quien me llamó antes de las cuatro de la tarde diciéndome que ya estaba
el bombero en el Colegio; rápido voy para el Colegio, no sin antes llamar a
D.José Luís Galdón, que por cierto era el padre que días antes había percibido
también esta situación y que había estado conmigo en las conversaciones con
inspección etc.
Cuando entré en la dirección lo primero
que me dijo el bombero fue que la situación no era como yo la había descrito,
que me había quedado corto, que era mucho más grave; esta persona, a mi parecer
nos dio a todos-as una auténtica lección sobre los riesgos y la prevención de
los mismos en un Colegio. Paso a resumir su intervención:
–
El Colegio es una
auténtica ratonera, con peligro extremo.
–
Todas las salidas
del Colegio, sin excepción, están bloqueadas, en el sentido de que la
acumulación de papel con pintura en las mismas haría imposible la salida de los
niños y niñas ante un incendio.
–
Las escaleras,
por las que tendrían que bajar los niños-as de la planta de arriba, están
igualmente bloqueadas y por ellas no podría bajar ningún escolar.
–
El papel es
altamente inflamable, más aún el papel continuo arrugado que cubre gran parte
del edificio; además contiene productos como pintura, aguarrás etc que son
altamente inflamables, y toda la planta baja está cubierta por estos elementos.
–
El papel ardería
de forma inmediata y no sería posible con un extintor controlar este efecto.
–
Pero aún más
grave serían los efectos del humo nocivo que se iba a desprender y que subiría
rápidamente a la planta de arriba; los niños y niñas no tendrían salida posible
por las escaleras y además, al ser niños pequeños, tenderían a esconderse y el
adulto tendría dificultades para un posible intento de evacuación rápida, pues
por otros casos se conoce que en estas situaciones, con los niños-as, ocurre así; igual sucedería con los
pequeños-as de la planta de abajo.
–
Las
calefacciones, caja de automáticos, cajas de conexiones, enchufes e
interruptores, tubos de agua caliente estaban totalmente cubiertos por papel
con pintura inflamable; recalca que no se deben cubrir las calefacciones, pues
el calor, al no tener salida, va en aumento siendo un serio peligro de
incendio; también indica que puede producirse un accidente, derivaciones o
cortocircuitos que dieran lugar a un incendio; cualquier aparato de música etc
también podría producirlo; todo ello sin contar con un acto de gamberrismo o de
inconsciencia (un mechero, un petardo etc), que en la situación del Colegio
podría producir un desenlace sin solución.
–
De la parte
derecha de preescolar dijo de forma clara que era, en caso de incendio una
“bola de fuego” sin posibilidad de contención; siendo peligrosísimo el papel
que hacía de techo en el pasillo.
–
Los cambios
producidos en el Colegio afectan a toda la planta baja y el Planeamiento de
riesgos existente no es valido, pues es como si hubiese habido un cambio
estructural en el edificio.
–
Concluye
indicando al Equipo Directivo que deben actuar de inmediato respecto al tema en
cuestión.
Su recomendación fue clara y
observando las dudas que aun manifestaba el director, expuso varios ejemplos de
incendios en Colegios y lugares escolares; en un tono amable y de total
colaboración, sintiéndose un poco extrañado porque hubiese alguna
reticencia expresó que siendo conocedor
de la situación, o se actuaba de alguna manera o se vería obligado, por el bien
de los niños y niñas del Colegio y por ser su deber como bombero y como persona
a denunciar el caso; todo ello no como una amenaza, ni mucho menos, sino como
una forma de hacer ver la importancia de lo que se estaba tratando. Tras un
pequeño conato entre José Luis y el Jefe de Estudios, intervine indicando que en todo momento había intentado abrir los
ojos al director y a su equipo, pero que, realmente, mi deber como alcalde era
al igual que el bombero, en caso de no actuar, como ya se está haciendo, intervenir
para evitar semejante actuación. Todo ello desde el más absoluto respeto,
comprensión y sentido de la colaboración hacia el director y su equipo;
observando lo mal que lo estaba pasando el director todo el mundo le animó para
hacerle ver que en absoluto lo ocurrido se podía entender como un fracaso, al
contrario que deberíamos agradecer que pudiéramos estar tomando medidas
adecuadas. Al final de la reunión solicite verbalmente al director que me
gustaría estar en el Consejo Escolar para dar todas las explicaciones que
fuesen necesarias y ayudar en las decisiones a tomar; se me indicó que para
ello tendría que aprobar mi presencia el Consejo Escolar y como entendí que ,
de alguna manera, se prefería que yo no estuviese, pues no se me dio ninguna
solución a mi petición, decidí no insistir para no presionar; como soy “pájaro
viejo” en este tipo de asuntos, intuía que mi presencia podría haber evitado
interpretaciones engañosas e incompletas, de hecho hubo quien se preguntaba por
mi ausencia en ese Consejo.
Aquí quiero contestar a acusaciones, que
se han hecho a mis espaldas, y que por favor pido, que en otra ocasión, se me
hagan de forma directa para poder contestarlas y porque yo no guardo rencores a
nadie porque me diga algo desde la educación y los modos correctos.
“Podría haber hecho la vista gorda”
Miren en la vida casi todo es un riesgo,
en el pueblo te puedes tropezar y caerte, en un colegio te tropiezas, te das
contra una portería y te rompes la cabeza, las carrozas de los Reyes Magos (a
las que alguien se refirió) tiene riesgos, pueden salir a arder por los focos
por ejemplo; en este último caso se lleva un extintor en cada una de ellas, el
amigo Barroso coloca los focos intentando que no supongan un peligro, las
madres deben ir en todo momento al lado de los niños y niñas y, en última
instancia, los niños y niñas pueden saltar al suelo aunque se rompan una
pierna. ¡pero en caso de incendio en la situación descrita del Colegio, no hay
salida posible, salvo tirarse por la ventana a diez metros de altura y caer
sobre el duro suelo del patio.
Los riesgos tienen grados y en este caso
el grado es demasiado elevado, no entiendo que un padre o una madre puede
alegremente asumirlo, ni para el suyo ni mucho menos para los de los demás; así
de claras son las cosas.
Continúo con la descripción de los hechos
sucedidos, para dejar claro mi papel en en todos ellos, que no ha sido otro que
el de intentar colaborar con la mejor de las intenciones y con la máxima
diligencia con mi Colegio, con mis alumnos, con los profesores y con la
Comunidad Educativa, no para hacer ningún daño; todo lo contrario, para
evitarlo.
Así las cosas el miércoles pasado, 27 de
noviembre, vinieron los técnicos del Ayuntamiento y tal y como se había quedado
fui con ellos a visitar el Centro, con la intención de ayudar en todo lo
posible al Director y su Equipo con el problema
que se nos había presentado; fuimos recibidos muy amablemente por el
director que nos invitó a ver las instalaciones. Estando allí ya percibí una
situación subterránea negativa hacia el que escribe, que barruntaba tendría que
atajar a la mayor celeridad posible, pues sabemos como son los pueblos y que
una bolita de nieve, se puede convertir en una gran avalancha. El técnico dio
toda una serie de consejos similares a los del bombero, aunque cuando vio la
habitación con los productos inflamables y se percató del uso de pinturas en
vez de temperas, en gran parte de la decoración, matizó la gravedad de su
diagnóstico. Nos fuimos y el director quedó en tomar las medidas que nos habían
aconsejado.
Estando en la tarea de la preparación de
San Andrés, preparando las actividades en la naturaleza, tenía que ir de forma
urgente a la Contienda, habiendo entregado una convocatoria de reunión para
comunicarme con profesorado y consejo escolar; opte por hacerla por escrito
debido a las numerosas personas invitadas y a la premura de tiempo, no por
ninguna otra cuestión extraña; teniendo
en cuenta que era miércoles, y el jueves era el último día de clase; e
igualmente que durante la mañana no podía convocar ninguna reunión por estar el
profesorado en clase, y que la única tarde que me quedaba para tal reunión era,
precisamente, la de ese miércoles; decidí convocarla de urgencia para las 17:00
horas, esperando que, al menos, algunos pudieran venir; no la quise poner más
tarde para no dificultar al propio director y Jefe de Estudios que tiene que
marchar para poblaciones distintas a Encinasola; fue invitado también a esta
reunión D. José Luis Galdón, que aunque estaba en Huelva pospuso ciertos
asuntos para poder asistir. Recibí, al parecer, una llamada perdida a última
hora de la mañana, pero no me pude percatar de ello por estar fuera de
cobertura y porque cuando llegué a las cuatro de la tarde a mi casa, me
aparecieron catorce llamadas perdidas y diez mensajes, pero por necesidades
vitales (comer y descansar), dejé su contestación para más tarde. Salvo los
concejales, nadie asistió a la reunión; pero que quede claro que lo entiendo,
que era una convocatoria con poco tiempo, aunque quise creer que, al menos,
algunos-as iban a estar; y hubiera sido suficiente para ir calmando el
“incendio”, que como desgraciadamente me suele ocurrir, se estaba originando en
las vísperas de San Andrés.
Al día siguiente, jueves, le pedí a
nuestro cura párroco que tuviera la amabilidad de reunirse conmigo, y así lo
hizo, asistiendo a la reunión también Dª María Bermejo, D.José Luis Galdón y D.
Eustaquio Corchado; con esta reunión pretendía desbaratar ciertos comentarios que
habían hecho referencia a una intencionalidad oscura en mi presunta actitud,
que tendría que ver con algo como ir en contra de actividades relacionadas con
el cristianismo; en fin, es lo que me faltaba, que se me acusara de hereje en
los tiempos que corren; no tengo absolutamente nada en contra de estas
actividades, al contrario, me parecen magníficas y enriquecedoras para el
alumnado, y si hubiere, que no lo hay en mi, alguna opinión en contra, jamás
usaría mi cargo de alcalde para oponerme a ello; yo estoy aquí para tirar del carro hacia
adelante, de todos los carros posibles.
Resumiendo, quiero manifestar de forma clara y meridiana
que mi intención ha sido en todo momento positiva y constructiva, de
ofrecimiento de ayuda; no al contrario; así que si alguien piensa mal, es que
hay un problema, pero ese problema está precisamente en las actitudes pre
juiciosas en las que todos solemos caer.
Termino alabando de nuevo el magnifico
trabajo, felicitando sinceramente al profesorado y padres-madres participantes
y ofreciendo mi total apoyo al Equipo Directivo en lo que sea menester, y no lo
hago por cortesía formal, lo hago sinceramente.
Permítanme terminar con una poesía que me
gusta mucho:
CULTIVO UNA ROSA BLANCA
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
José Martí
SALUDOS
Ángel Méndez Cortegano (Alcalde de Encinasola)
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